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¿Qué quiero?

Actualizado: 6 jun 2022

Parece que he vuelto a antiguos hábitos, tristemente no son de lo más sano, cuando los tenía mi cuerpo era más delgado, mi piel más pálida así como mis emociones, aun así estoy segura de que solo son unos días pues mi mente no se encuentra ocupada en estos momentos y por lo mismo se llena gota a gota de cuentos, fantasías que me gustaría fueran ciertas para que me escucharan cuando lo necesito, me acaricien con la suavidad de sus mentiras y besen mi ser con aquella boca que dejo de hablarme. Se me complica un poco traer estos hábitos a lo que soy ahora, surge un conflicto dentro mio porque me gusta ser esto, me siento tan libre, sin ataduras a nada o nadie, pero extraño el contacto, los mensajes de madrugada y las películas comentadas a destiempo; entonces, ¿qué es lo que debo hacer para obtener ambas cosas? revisando de manera compulsiva durante 24 horas cada uno de los registros existentes en línea, descubrí que como persona el cambio es notable pero en cuanto a sentires todo sigue prácticamente igual, por lo que surge el conflicto de como pude avanzar sin querer hacerlo en realidad.

Siempre quise algo como lo que tenían el escorpión y el ave, el aroma a amor que emanaban era tan adictivo, verlos existir era un deleite inexplicable y es que por separado eran bastante atractivos, el escorpión con la seguridad que proyectaba a tráves de esos ojos que imponen en el instante en el que te miran, y el ave con ese bello color cercano a la canela que envolvía su cuerpo, sin en cambio, juntos eran la pareja ideal, la belleza de cada uno hacía resaltar la del otro y estas mismas se combinaban haciendo que los ojos del escorpión iluminarán el color del ave y este mismo abrazara con mucha calidez al escorpión, eran el complemento perfecto. Te preguntarás porqué hablo de ellos en pasado y la razón es bastante sencilla, dejaron de estar juntos, sus vidas tomaron rumbos distintos aunque parecía que hacían todo por permanecer en la vida del otro, supongo que estás cosas pasan.

Esto nunca te lo conté porque ni siquiera yo lo recordaba hasta hoy, pero si nos veía como el escorpión y el ave, con la diferencia de que nuestra apariencia no combinaba del todo, tú siendo agua pero pareciendo viento y yo siendo viento pero pareciendo agua, de lo más irónico, teniendo todo en nuestra contra y aun con eso decidimos ignorarlo todo y vivirnos. Extraño un poco eso, no mucho, solo un poco y a veces, se volvió un hábito pensarte cuando no tengo que pensar, es lo que me lleva a ocupar mi cabeza con tantas cosas para hacer algo de mi y dejar de intentar ser algo para ti, seguir lo que se supone que debo ser, viajar como el viento en lugar de estancarme como agua, aunque me gusta mucho ser agua como tú yo no pertenezco a ella.



 
 
 

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