Me tomo por sorpresa verte, en realidad no sabía cuánto quería hacerlo, te ves bien, siempre lo has hecho, aunque en realidad me alivia mucho ya no sentir lo que sentía al verte, es bastante liberador pero eso no borra el peso de tus acciones, me lastimaste de verdad, hiciste que viviera con miedo un buen rato. No sé si tú igual la pasaste mal después de ser tan cercanos, ojalá lo que pasamos haya sido un aprendizaje para ti como lo fue para mi.
Creo que después de ti ya no me he atrevido a decirle mejor amigo a alguien, no vaya a resultar igual y salga total absorbida por lo demandante que era esa amistad, si, así es como se sentía, como la más pesada de las cargas que me exigía estar cuando no podía y ya ni siquiera quería.
Hace tiempo no te pensaba como hoy, espero que esto no suceda tan seguido porque creo que no vale la pena que regreses, no eres bienvenido, desde antes que cerrara la puerta dejaste de serlo. Hace tiempo no me sentía tan libre como ahora sin ti y gracias a que te vi hoy pude corroborar que si estoy mejor así, sin la constante ansiedad en la que me tenías siempre que desaparecías o me condicionabas amor y siempre terminaba rogandote. Hoy te vi por accidente y espero que este accidente no me vuelva a pasar.
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