Me di la oportunidad de leerme tal como era contigo y no pude evitar llorar, desearía darle un abrazo a esa yo que puedo recordar a altas horas de la madrugada tratando de no hacer ruido mientras que de sus ojos nacían ríos de lágrimas. No debiste quedarte, en serio no debiste, te encontrabas igual o peor que yo, lo único que hicimos fue lamernos las heridas cuando era claro que necesitábamos sutura de emergencia; ni siquiera imaginas todo lo que te debo pero en el momento en el que te dije que yo no quería existir más debiste huir, no tenías porque cargar con mis problemas si en ningún momento estos trataron de ti, como bien dijiste ayudabas más como anestesia que como cura, aunque ahora qué lo pienso creo que era algo egoista de tu parte creer que resolverías mi vida cuando la tuya igual era un desastre.
No estoy segura de afirmar que estoy mejor pero si puedo decir que he mejorado, teniendo altibajos como todos pero algo que me mortificaba en aquel entonces era el que sería de mi sin ti, era verdaderamente terrorífico imaginarme sin tu cariño y ahora comprendo que a lo que debí tenerle miedo siempre era a esa insistencia tuya de ser mi único lugar seguro, eso sin duda fue lo que más me jodio, me quedé sin nada, me quedé sin mi porque yo era totalmente tuya.
Ha pasado demasiado tiempo ya y aunque, como ya dije, he mejorado hay uno que otro tema que aún me tira, que me golpea, la diferencia es que ahora no estás y hace que pasar estas crisis sea un poco más fácil, no me mal entiendas, siempre intentaste ayudarme cómo podías es solo que llegó el momento en el que te sentía como un placebo que me decía todo el tiempo “enfrenta tus miedos” en el mismo instante en el que me generabas más inseguridades de las que ya tenía, siendo más como un plato de porcelana fina pintado a mano guardado en tu vitrina para que nadie lo use ni lo toque, solo tú, de vez en cuando para limpiarle el polvo. Ahora me siento un poco más real, me relaciono con la materia y el peso que estuvo ahí antes, durante y después de ti y que seguirá conmigo sin importar con quien me encuentre.
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