Cuanto trabajo me costo ver que me lastimas, siempre rechacé oportunidades por creer que eras todo lo que necesitaba, que estarías incondicionalmente tal y como yo lo hago. Me duele bastante y más por el hecho de que me prive de muchas experiencias, muchas personas y muchas otras cosas por esperar un mensaje tuyo, algo de confort que al parecer en ninguno momento ha sido. Espero que no me mal interpretes, yo seguiré aquí, te quiero y va a ser difícil por no decir imposible que deje de hacerlo, pero tampoco quiero que esperes que vuelva ser lo mismo porque me he dado cuenta de que solo me buscas cuando no sabes a quien más recurrir cuando tú siempre has sido mi primera opción para casi todo, por eso que en cuanto decido contarte algo importante para mi y tu respuesta sea “no te preste atención” y pases del tema a algo que te involucra solo a ti, llena mis ojitos de agua que en cualquier momento podría desbordar.
Como dije antes, te quiero mucho, pero de un tiempo a la fecha siento que esto no es recíproco, que esta relación solo se desemboca hacia ti, hacia lo que te sucede a ti y me pone a pensar ¿dónde quedo yo?, descuida, no te estoy pidiendo que te enfoques en mi, para nada, tus problemas siempre deben ir primero para ti y yo estaré apoyándote siempre que me lo pidas, pero creo que desde ahora me ahorraré él contarte lo que me sucede, no podría soportar de nuevo una contestación sin interés que hiere mi corazón. Iba a agregar que por favor no me vuelvas a preguntar cómo estoy o cómo me siento, pero llevas tanto sin hacerlo que ni siquiera creo que sea necesario pedirlo; es muy triste que uno de los apoyos que consideraba más importantes para mí en realidad no lo sea y se haya convertido en algo que solo le conviene a uno solo, pero bueno, es un recordatorio de que las cosas están en constante cambio y así como un día éramos confidentes al siguiente nos volvemos extraños.
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